El caso Pulu

Las últimas semanas tuvieron a Toni Pulu en el centro de la escena de los principales medios especializados de rugby a nivel internacional. En este caso, el wing que hasta el momento se desempeñaba en los Chiefs de Nueva Zelanda, puso nuevamente en las tapas a la regla de elegibilidad de los jugadores.

Pulu, de 29 años, pasará a Brumbies la siguiente temporada y con el anunció de su contratación se empezó a hablar de la posibilidad que represente a los Wallabies. El problema surgió cuando arrancó a circular que el wing había representado a Niue, país de Oceanía de apenas 262 km² y 1612 habitantes, en seven y había estado presente en la planilla de un partido por eliminatorias en el 15.

Días después apareció la versión que Australia estaría especulando con que el jugador no podría haber representado a Niue y de esa forma quedaba nuevamente libre para decidir para que país jugar. El contra punto a esto era que en 2014 se había cambiado el reglamento y las responsabilidades por malas inclusiones eran repartidas y tanto la unión a la que representaba como el jugador eran sancionados por este asunto, en ese caso el deportista no pudiendo representar nuevamente ni a ese ni a otro combinado nacional.

En un caso normal esto habría imposibilitado al jugador a representar a otro país incluyendo obviamente a Australia y no se entendía por qué los Wallabies se había ilusionado con que este en la discusión para jugar para ellos.

El asunto comenzó a aclararse cuando desde World Rugby salieron a aclarar que el jugador es elegible por el país que el decida y tenga los requisitos que dispone el reglamento porque él no reunía las condiciones para haber jugado para Niue ya que el cambio en la regla había sido en 2014 y no era incluía los años anteriores, siendo solo la unión de Niue la sancionada por la mala inclusión.

Todo esto surgió ahora ya que Pulu, nacido en Estados Unidos pero con la posibilidad de representar a Australia, por sus ancestros, y a Nueva Zelanda, por residencia, estuvo actuando solo para Counties Manukau de la Mitre 10 Cup, el certamen de clubes más importante en Nueva Zelanda, hasta el 2015. En aquel año Pulu se sumó al plantel de Chiefs pero por problemas de lesiones recién en esta temporada se afianzó y con 4 tries y 13 quiebres de línea comenzó a llamar la atención.

De esta forma en 2019 Pulu comenzará su nueva aventura en el rugby Australia y es muy probable que este en los planes de Michael Cheika para aparecer, con 29 años, por primera vez en la escena más importante del rugby internacional.

En Nueva Zelanda abren el debate de sus «los europeos»

El creciente mercado europeo hace tiempo viene llevándose jugadores de todos los rincones del mundo poniendo en jaque a los seleccionados nacionales que toman la decisión de no contar con quienes se desempañan fuera de sus competencias locales.

Alejado de esa realidad, Nueva Zelanda fue quien siempre logró resultados pese a la creciente demanda de talento que se fue exportando con un crecimiento exponencial año a año. Con un fuerte arraigo y sentido de pertenencia con el seleccionado y su nación, sus grandes figuras siempre pusieron por encima poder vestirse de negro que el dinero del extranjero.

Con el mercado franceses en franco crecimiento de 10 años a la actualidad, la NZRU, New Zealand Rugby Union, primero tomó la decisión de permitirle un año sabático a lo largo de su carrera a sus máximas figuras para que puedan o descansar o irse al extranjero a hacer una diferencia y volver para seguir rindiendo con ellos. Esta regla la usaron Dan Carter, para jugar en Francia, y Ben Smith, para descansar, por poner dos ejemplos bien ilustrativos.

Pero desde Europa se redobla la apuesta y ya no es solo el Top 14 quien demuestra todo su potencial. La AVIVA Premiership, de Inglaterra, y el Pro 14, donde se desempeñana equipos de Irlanda, Escocia, Gales, Italia y recientemente Sudáfrica, ya entran en la puja por los talentos más importantes del mundo.

Y Nueva Zelanda no queda indemne en todo esto. Con los anuncios de partida para la próxima temporada de, entre otros, Charlie Ngatai, Lima Sopoaga, Jerome Kaino, Liam Messam, Brad Shields, del que ya se habla que podría representar a Inglaterra, y Seta Tamanivalu, sumado al rumor que se estaría preparando una oferta superior a los 3 millones al año para Beauden Barrett por 3 temporadas post mundial, la discusión se abrió y ya se vaticina que para que se abra poder llamar a los que se desempañan fuera de Nueva Zelanda no quedan más de 5 a 10 años.

Mientras hace unos años los neozelandeses que emigraban eran quienes no eran tenidos en cuenta por el seleccionado o quienes habían tomado la decisión de dar un paso al costado luego de una larga trayectoria como All Black, Charles Piutau fue el más resonante y quien prendió la alarma en 2015 cuando anunció antes del mundial que emigraría a Europa para transformarse en el jugador mejor pago.
Nueva Zelanda decidió prescindir de el para el mundial y aún permanece en el viejo continente. Tiempo después Steve Luatua y Charlie Faumuina seguirían sus pasos.

Pero nadie esperaba que figuras consagradas y con tiempo por delante en el seleccionado se vayan y ahí llegó el caso de Aaron Cruden. Relegado por el brillante presente de Beuden Barrett y con una oferta multimillonaria de Montpellier el número 10 de Chiefs tomó la decisión de emigrar y todos se dieron cuenta que el tema venia serio.

El problema se agrava con la decisión del certamen franceses de limitar año a año la cantidad de extranjeros permitidos en el día de partido. El presupuesto seguirá aumentando y los equipos cada vez tendrán cada vez más dinero para destinar a menor cantidad de extranjeros. Esto generará que se vaya en busca de jugadores cada vez más importantes con sumas irresistibles.

Con este panorama que invita a un análisis exhaustivo de la situación en Nueva Zelanda, ya se tomó nota y la posibilidad de la apertura se discute en los principales medios de comunicación. Sea a futuro o no, los All Blacks una vez toman el guante en una situación complica y se abren al debate. El final resta por saberse.

Un certamen teñido de negro

El Super Rugby comenzó en el año 1996 cuando conformado por 5 equipos de Nueva Zelanda (Crusaders, Highlanders, Chiefs, Blues y Hurricanes), 4 de Sudáfrica (Stormers, Bulls, Lions y Sharks) y 3 de Australia (Waratahs, Brumbies y Reds) se conforma la primera edición del Super 12. Por aquel entonces los combinados de las tierras donde ese forjaron los All Blacks y los Wallabies representaban a distintas regiones de su territorio, mientras que los africanos enviaban equipos clasificados a través de la Currie Cup.

Aquel formato con 12 equipos se mantuvo hasta el final de 2005. Con un nuevo contrato televisivo entrando en vigor se tomó la decisión de incorporar dos nuevas franquicias. Australia sumaría a Western Force, de Perth, único de la región oeste del país, y Sudáfrica sumaría a Cheetahs. Así se conformaba el Super 14.

Hasta fines de 2010 el torneo se desarrollaría con un sistema de todos contra todos, con los cuatro mejores de la tabla jugando semifinales. En 2011 un nuevo cambio se impondría en el certamen. La SANZAR tomaría la decisión de ingresar a Melbourne Rebels, las tres uniones quedarían representadas por 5 franquicias, se arrancaría a jugar con un sistema de conferencias y quedaría conformado el Super 15, que por una de esas paradojas de la vida se jugó hasta el año 2015. En dicho formato, el jugar por conferencias les aseguraba a cada unión al menos tener 1 semifinalista, además se sumaba una instancia de playoff previa a esa instancia.

En 2016 llegaría una nueva ampliación. A las 15 franquicias ya fijas se sumarían Sunwolves, de Japón, Southern Kings, de Sudáfrica, de esta formaba quedaba como la más representada con 6, y JAGUARES, de Argentina. En 2016 y 2017 el torneo tendría un formato muy complejo, asunto que para 2018 se intentaría corregir sacando dos franquicias de Sudáfrica y una de Australia. Quedando nuevamente 15 conjuntos, que se dividirían en conferencias (Jaguares con las africanas y Sunwolves con las australianas) y la clasificación serían por completo a través de la tabla general.

Dicho todos los cambios que sufrió el torneo a lo largo de su historia solo resta hablar de los resultados. En 22 ediciones, en 15 oportunidades el campeón fue neozelandés, en 4 provino de Australia y en tan solo 3 años se coronó un equipo sudafricano. De aquellos 15 gritos de campeón, en 5 ocasiones la final tuvo como protagonistas a dos franquicias de Nueva Zelanda.

Únicamente en 3 oportunidades la final no tuvo franquicias de la tierra de los All Blacks como protagonista. Mientras que en 13 las australianas se vieron ajenas a la definición y en 14 lo sufrieron desde afuera los sudafricanos.
A lo largo de las 22 ediciones, de los 88 lugares que hubo disponibles para semifinales, las franquicias neozelandesas ocuparon 44, exactamente el 50% de los lugares. Siendo el 2011 el único año sin representación entre los primeros 4 y con el 2010 y 2014 como únicas temporadas con tan solo 1 equipo.

Para un análisis un poco más individual por franquicias, de los 9 campeones diferentes con los que cuenta el torneo 5 son de Nueva Zelanda, siendo el único país con todos sus representativos campeones al menos una vez. Australia cuenta con tres (Brumbies 2, Waratahs 1 y Reds 1) y Sudáfrica con tan solo uno (Bulls fue campeón tres veces).

Los únicos conjuntos que están desde el comienzo de la competencia sin ausentarse y aún no fueron campeón son Sharks y Stormers (recordemos que los sudafricanos en su comienzo estaban representados con otros nombres). Los de Durban clasificaron a semifinales en 8 oportunidades, en 4 fueron derrotados en dicha instancia y en las restantes fueron subcampeones. Mientras que los de Ciudad del Cabo perdieron una final y 4 semifinales.

Crusaders con 17 presencias es la franquicia con mayor cantidad de presentes entre los cuatro mejores, quedando afuera de las definiciones en tan solo 5 oportunidades, de las cuales en 1 fue parte de los playoff.

Para sumar a esta tendencia, las nuevas reglas de competencia del torneo estipulan que este año clasificarán a cuartos de final los primeros de cada conferencia y los cinco mejores de la tabla general, excluyendo a los antes mencionados. Con esta reglamentación podría darse por primera vez la clasificación de una conferencia entera a la etapa definitoria.

Arrancando una nueva temporada el Super Rugby enciende la ilusión de todas sus franquicias. El certamen podrá tener un nuevo cambio de formato, pero lo que es seguro, es que tendrá presencia masiva de neozelandeses en la definición.

LA «MISIÓN IMPOSIBLE» DE INGLATERRA

La Inglaterra de Eddie Jones se va perfilando como la gran candidata a pelearle el Mundial 2019 a Nueva Zelanda, campeón en las últimas dos ediciones. Con 22 victorias en los 23 encuentros que lleva el australiano al frente del seleccionado de la rosa luego del fracaso mundialista de 2015, los anfitriones del último mundial recuperaron sus bases, se quedaron con las dos ediciones del 6 Naciones y se han vuelto imparables.

Pero no todo es color de rosas para los ingleses en el objetivo de conquistar la Webb Ellis. El fixture le deparó el grupo más complicado, el cual comparte con Francia, Argentina, Estados Unidos y Tonga, y además, tendrá los tiempos de descanso en su contra. Jugando los últimos dos partidos de grupo ante la albiceleste, el 5 de octubre, y con los galos, el 12 de ese mismo mes, deberá ganar 5 grandes partidos en misma cantidad de semanas.

No solo eso, de lograrlo serán además los campeones con menos días entre el partido más importante del grupo y los cuartos de final. Inglaterra contará con 8 días entre el partido con Francia y un eventual cuartos de final ante el primero o segundo del grupo D.

Para poner en contexto, Nueva Zelanda tuvo 27 días entre el partido con Argentina y los cuartos de final en 2015 y 15 entre el partido ante Francia en 2011 y el primer partido de eliminación directa, en ambos casos con tan solo un rival de peso en el grupo. El antecedente de menor cantidad de días data del primer mundial, cuando los All Blacks vencieron a Fiji, rival más duro del grupo en aquel entonces donde estaban los Pumas e Italia, y a los 10 días jugaron los cuartos de final.

Quien estuvo más cerca de lograr el mundial en estas condiciones fue Australia en 2015. Los dirigidos por Michael Cheika lograron sobreponerse a un grupo que compartieron con Uruguay, Fiji, Inglaterra y Gales, venciendo a estos últimos dos en las dos semanas finales del grupo y jugando a los 8 días cuartos de final ante Escocia. En esa oportunidad Australia estuvo a un fallo arbitral controversial de quedar afuera ante el cardo, venció bien a los Pumas en semifinales y cayó en la final ante Nueva Zelanda.

Teniendo en cuenta los resultados de la actualidad, la lógica marca que Inglaterra jugaría ante Tonga, USA, Los Pumas, Francia y terminaría en lo más alto del grupo. En cuartos de final debería enfrentar a Gales (segundo de Australia en el grupo D), luego en semifinales a Nueva Zelanda y en la final esperaría a Sudáfrica, Australia o Irlanda.

Sin dudas el trabajo que viene haciendo Eddie Jones recuperó las bases, el amor del público y sobretodo los resultados. La poderosa Rugby Football Union (RFU), órgano rector del rugby inglés, tiene como obsesión un nuevo mundial tras el fracaso de 2015 pero la misión, sin dudas, está muy a contramano de la historia.

Datos sacados de: https://www.youtube.com/watch?v=9Iq2fnL8DQE

EL CAMPEÓN DE DÉCADAS

18 títulos desde el primero en 1996, 10 torneos de la URBA y 8 Nacional de Clubes. Números que asustan pero que son realidad y pertenecen a Hindú, un club que de la mano de Tito Fernández formó un sentido de pertenencia y un proyecto rugbístico que se volvió imparable en los últimos 20 años del rugby argentino y con la victoria ante Alumni por 27 a 20 en la final de la URBA del último sábado sigue agigantando su historia.

En su primera vez en la URBA debió compartir el título con Atlético del Rosario, ya que se definía por acumulación de puntos. Después se quedó con el campeonato 1998, 38 a 19 ante SIC; 2006, 20-5 frente a Alumni; 2007, 9-6 nuevamente ante los de Tortuguitas; 2008, 22 a 10 a Newman; 2009, 31-22 al Club Atlético San Isidro; 2012, 15 a 9 ante La Plata; 2014, 29 a 17 al Club Universitario de Buenos Aires; 2015, nuevo triunfo ante CUBA 24 a 0; y finalmente la décima estrella este 2017 con triunfo 27 a 20 con Alumni.

Además de los 10 títulos, fue 4 veces subcampeón, 1997 y 2001 sin finales y en 2013 y 2016 con derrotas ante CUBA y Belgrano, respectivamente. En ese lapso, su peor actuación en URBA fue en 2011 cuando perdió en Playoff ante San Luis por 21 a 20.
En la fase regular de este URBA Top 12, Hindú logró 14 triunfos en 22 encuentros y terminó en la cuarta posición con 65 unidades. Además, marcó 674 puntos y le convirtieron 599, teniendo a Joaquín Díaz Bonilla como goleador y a Sebastián Cancelliere como tryman.

Ya en semifinales llegó el triunfo ante Pucará por 28 a 22 con tries de Bautista Álvarez, Felipe Ezcurra y Joaquín Díaz Bonilla, quien además sumó 2 conversiones y 3 penales.

En la final un primer tiempo demoledor sería demasiado para las aspiraciones de Alumni. Hindú se puso 20 a 0 con tries de Ignacio Martínez Sosa y Joaquín Díaz Bonilla, sumado a sus respectivas conversiones y 2 penales por parte del 10, nuevamente determinante en una final, y ni la arremetida de los de Tortuguitas que se pondrían 20 a 13 podría parar al elefante. Promediando el segundo tiempo aparecería nuevamente, como en la semifinal, Bautista Álvarez interceptando una pelota y marcando un nuevo try, Tito pondría el 27 a 13 parcial y sobre el final Alumni redondearía el 27 a 20 final.

En el programa Scrum, de ESPN, Horacio Agulla mencionó como aspecto clave la dosificación de esfuerzos que hicieron los entrenadores de los jugadores. Los de Torcuato llegaron a la final con 220 partidos acumulados en el Top 12 entre sus 15 titulares, por el contrario, los jugadores de Alumni sumaban 301 encuentros antes de la final.

Obviamente, no se puede dejar de mencionar que varios estuvieron involucrados en muchos partidos de seleccionados nacionales, cosa que su rivales en la final también, pero esto ya había sido una tendencia en el Nacional de Clubes, donde en la etapa de grupos hubo una fuerte rotación.

Además, para semifinales y final Hindú debió sobreponerse a las convocatorias para los Pumas de Sebastián Cancelliere y Bautista Ezcurra.

Lo que no deja de llamar la atención es el sentido de pertenencia de los dirigidos por los hermanos Fernández Miranda. Tanto Santiago Fernández como Horacio Agulla, ambos Pumas de muchísimos años, con mundiales encima y vasta trayectoria en Europa, enaltecían este título por encima de todo por lo que significaba la vuelta al club con sus familias.

También vale destacar la vuelta de Felipe Ezcurra. Con muy pocos minutos en los seleccionados y con un contrato que no le permitía jugar en su club, el medio scrum decidió romper su relación con la Unión Argentina de Rugby y volver a calzarse la 9 de Hindú. Con actuaciones descollantes en la última fecha ante Alumni, donde marcó 3 tries, en la semifinal, donde apoyo en un momento clave, y en la final, donde fue elegido el jugador del partido, Felipe volvió demostrar que estaba en un lugar que merecía y el público vuelve a apoyar que retome.

Para explicar un nuevo título debemos volver a hablar del 10, de Joaquín Díaz Bonilla. Tito no deja de sorprender por su aplomo en partidos definitorios y volvió a brillar en ambos partidos mano a mano. El apertura debió convivir con ser parte del plantel de Jaguares y a su vez vestir la camiseta de Hindú cuando se podía y suma dos títulos más en este 2017. Desde su debut en 2008 lleva 10 títulos con la camiseta del elefante, 6 de la URBA y 4 Nacional de Clubes, y el tiempo lo ubicará a como uno de los jugadores más importantes de la historia del rugby local. En lo que lleva de carrera en Hindú tiene 1.231 puntos, producto de 45 tries, 278 conversiones, 146 penales y 4 drops.

Párrafo aparte merece el eterno Hernán Senillosa. Ya con 16 títulos en su espalda, suma 342 partidos con la camiseta de Hindú, con la que marcó 245 tries y 1842 puntos totales. Quien además disputó dos mundiales con los Pumas (Australia 2003 y Francia 2007) y sumó 33 partidos internacionales con la albiceleste, es Puma de Bronce y pieza fundamental del Hindú hegemónico de los últimos 20 años.

Entre sus entrenadores también surgen números impresionantes. Juan de la Cruz Fernández Miranda fue parte de todos los títulos del club, como jugador o como entrenador. Tras retirarse luego del título de la URBA 2009 ante el CASI en la Catedral, Manasa se sumó al staff que ya tenía a Lucas Ostiglia, Maximiliano Martínez y Jorge y Gonzalo Pulido. De pieza clave dentro de la cancha se transformó en poco tiempo en conductor del cuerpo técnico. Como entrenador Juan de la Cruz lleva 8 temporadas en las cuales el equipo consiguió 8 títulos, jugó 211 partidos, ganó 167, empató 6 y perdió 38.

Con modificaciones de nombre con el correr de los años pero con todos manteniendo su compromiso con el club, un año más tarde se sumaría Nicolás Fernández Miranda al cuerpo técnico que pasaría a comandar en conjunto con su hermano. En los 6 años que estuvieron juntos Hindú logró 4 títulos de la URBA y 3 de Nacional de Clubes. Con 162 partidos jugados, 128 ganados, 4 empatados y tan solo 30 perdidos.
En estas 22 temporadas desde el 1996, año en el que llegó el primer título, los de Torcuato jugaron 594, ganaron 478, empataron 13 y perdieron 103 partidos. En dicho período sumaron 21.014 puntos, le convirtieron 12.122 unidades, marcando 2.870 tries y sufrieron 1.379.

Con la extraña habilidad para cambiar nombres pero mantener siempre el nivel, el año que viene ya no estará Nicolás Fernández Miranda, quien pasará a ser parte del staff de Jaguares, con la duda de si seguiría Hernán Senillosa dentro de la cancha, pero con la esencia intacta y un grupo de jugadores que seguirá empujando para mantener a Hindú en lo más alto, el CAMPEÓN intentará seguir agigantando la leyenda.

Agradecimiento especial a Enrique Sola, quien lleva las estadísticas de los últimos 50 años de Hindú.

NÚMEROS QUE HABLAN

La última temporada de la URBA contó con 42.380 jugadores fichados entre Plantel Superior, Juveniles e Infantiles. En el intento de leer los números y buscar una explicación a los resultados a través de ellos, elaboramos el siguiente informe:

De los clubes que disputan el Top 12, 10 se encuentran entre los 12 que más jugadores tienen fichados en el año 2017. El SIC lidera con 204 jugadores, de los cuales 127 son menores de 23 años, lo siguen Pucará (198), La Plata (194) y Alumni (183). En un torneo muy parejo donde los clasificados se definieron en la última fecha, CUBA, que quedó quinto, también queda en esa posición entre los que tienen más fichados en plantel superior con 177.

Respaldando los números, 3 de los 4 clubes con más jugadores llegaron a las semifinales del Top 12, el SIC además fue campeón de Intermedia y Alumni de Pre C. Mientras que el Club Universitario de Buenos Aires se quedó con la Pre A.

Quien sale de la regla en un fenómeno aún inexplicable es el finalista Hindú. Los de Don Torcuato ficharon 136 jugadores en el plantel superior, ubicándose 14 en la tabla general, son además el club 19 en cantidad de jugadores generales con 641, y aun así siguen dominando en el Top 12 y además consagraron campeón a la Pre A. Esto podría encontrar un sustento, con la filosofía de club y el nivel rugbístico siempre como mayor valor, en la experiencia de la gran mayoría de sus jugadores, con 54 jugadores de menos de 23 años son los que menos tienen, y no presentaron Menores de 23.

El fenómeno Hindú se repite también en juveniles. Con 201 jugadores, muy lejos de los 411 del SIC, los 368 de CUBA o los 320 de Newman, terminaron 3ros. en Menores de 19 y segundos en 17 y 16.

Atlético del Rosario fue el otro club que quedó fuera de los 12. Con 139 jugadores fichados para disputar el Top 12, además utilizó a 5 juveniles, los de Plaza Jewell no tuvieron un buen año y finalmente fueron, junto con La Plata, los equipos descendidos.

Entre los que se colaron entre los 12 y no pertenecen a la máxima categoría se encuentran Los Tilos (173) y Champagnat (144). Los platenses quedaron en la puerta del repechaje con el Top 12, mientras que el colegio, con un plantel joven, terminó último y perdió la categoría.

De todas formas ambos hicieron diferencia con el plantel: en Intermedia los de Estancias del Pilar fueron campeones y Los Tilos 4to, en Pre A los platenses culminaron 3ros y el colegio 5to y en Pre B los de Barrio Obrero se quedaron con el título. Además, ambos clubes fueron los únicos de Primera A que formaron parte del torneo de Menores de 23.

Del puesto 15, San Martín, al 34, Liceo Naval, de los que más jugadores cuentan en Plantel Superior, hay una diferencia de 36 jugadores, 136 contra 100. Entre todos estos clubes vale la pena mencionar el caso de Buenos Aires Cricket & Rugby Club.

Los que se mudaron definitivamente en 2006 a San Fernando empiezan a recibir los frutos de una de los negocios inmobiliarios más fructíferos para un club de rugby en muchísimo tiempo. El club fundador de la URBA pasó de juveniles e infantiles de pocos jugadores por la ardua competencia en la zona con CUBA, Hindú y Los Cedros, a ser el 8vo. en cantidad de jugadores generales, tabla que lidera CUBA con 1381, y el 4to. en cantidad de infantiles (552), solo por detrás de los de Villa de Mayo (836),
SIC (659) y Champa (632).

El León terminó 10mo. en Primera A pero terminó 2do. en Intermedia, fue campeón en Pre A y 3ro. en Pre B.

Otro a ponerle el ojo a futuro y que viene acomodándose a un cambio de instalaciones es San Andrés. Campeón de la Segunda División el año que viene estará jugando en la Primera A. Con 91 jugadores en Plantel Superior y 158 en juveniles está muy por encima de su división actual pero muy lejos de los de los primeros planos. Donde marca la diferencia y tiene un futuro prometedor es en infantiles, con 434 jugadores es el 12mo. que más tiene.

Lo de Virreyes es para que lo festeje todo el rugby argentino. Un club que arrancó para ser un lugar de contención para los chicos de menos recursos de la zona, hoy cuenta con 422 jugadores fichados. Son el club con mayor cantidad de la 3ra. División, donde se desempeñan, sería el tercero en 2da. División y el séptimo en Primera C. Un fenómeno que aún sigue en crecimiento.

Los que empujados por su rica historia quiere volver a renacer tras años de no participar es Old Georgian. Con 44 puntos se quedaron con la Zona Campeonato de la 3ra. División y lograron el ascenso. En poco tiempo ya tienen 261 jugadores (57 mayores, 80 juveniles y 124 infantiles) y van busca de repetir los años dorados cuando nutrían al seleccionado nacional.

Vale la pena analizar los casos de dos colegios que se vienen más abajo todavía. El Northlands, solo infantiles, y Los Molinos, infantiles y juveniles, vienen sumando fichados intensamente. El primero ya cuenta con 187, mientras que el segundo tiene 247 (30°) entre los más chicos y 59 juveniles.

Un gesto para acabar con la inequidad en el rugby internacional

Una nueva ventana de rugby internacional se acerca y vuelve a sonar la misma alarma que en noviembre pasado. La inequidad entre las naciones del Tier 1 y el resto marca diferencias insalvables en cuanto a lo económico, esto se traduce en resultados cada vez más abultados, cada vez más isleños naturalizados para salvar sus vidas monetarias y los jugadores se cansaron.

En este caso los que se pusieron los pantalones y alzaron la voz fueron Mako Vunipola (Tonga) y Manu Tuilagi (Samoa), jugadores del seleccionado de Inglaterra pero nacidos en las islas pacifico, quienes propusieron que los jugadores de la rosa cedan al menos 1.000 libras de su recompensa por el partido ante Samoa del 25 de noviembre para los jugadores contrarios.

Mientras que los jugadores ingleses embolsan cerca de 22.000 libras por partido jugado, los samoanos percibirán tan solo 600. Los dirigidos por Eddie Jones intentan convencer a sus compañeros de hacer esto para mandar un mensaje a los órganos rectores para que tomen conciencia de la disparidad que hay y que ellos ya no están dispuestos a tolerarla.

A esta misma altura del año pasado la polémica había surgido cuando Nemani Nadolo escribió una carta luego de que los jugadores de Fiji sean acusados de quejarse de los viáticos que recibían. En la misma el gigante wing expresaba lo siguiente: “Es amor y camaradería, no dinero, lo que nos une. Somos hermanos en armas. Jugamos para nuestras familias y nuestra gente”. En esa oportunidad la diferencia era muy similar a la actual, cada jugador ingleses percibirían 22.000 libras por el partido mientras los fijianos apenas 400.

El tema se había visto aumentado cuando Nathan Hughes, nacido en Fiji pero quien debutaría en aquel partido con el seleccionado inglés, admitió “Yo juego para sostener a mi familia, darle un techo y ropa para vivir…yo hubiese querido que Fiji tenga más recursos pero las cosas son como son. Ellos tienen que lidiar con esto y vivir con lo que tienen.”

La Rugby Football Union se habría llevado de aquel duelo ante Fiji 10.000.000 de libras, mientras que la nación del pacifico se llevaría apenas 75.000. En este caso Samoa le pide a la RFU una donación de cerca de 170.000 libras de los 10 millones que generará el partido.

En este caso la ayuda no sería solo para mejorar la situación de los jugadores. La unión de Samoa está cerca de la banca rota, con deudas millonarias y esta ayuda sería de mucho beneficio para poder empezar a costear los problemas de infraestructura que afronta el seleccionado del pacifico.

Con el cambio que se impondrá en el calendario del rugby internacional a partir del 2020 las naciones del Tier 2 tendrán cada vez más partidos ante las potencias. Si antes de eso la World Rugby no regula esta cuestión este deporte será cada vez más desparejo y seguirán aumentando los jugadores de las islas que representen a los más poderosos, no habrá crecimiento en la cantidad de años de residencia que lo cambie. Los jugadores tomaron nota y están dispuestos a tomar cartas en el asunto, los dirigentes tendrán que hacer la tarea y regular la cuestión, mientras tanto aplaudimos la iniciática de los jugadores ingleses.

EL PARTIDO PSICOLÓGICO

Son muchos los partidos de rugby que vemos en la cancha, por la computador o la televisión. Miramos lo que pasa en el campo de juego, las acciones del partido, las resoluciones; festejamos, opinamos, criticamos; pero poco sabemos de lo que va pasando por la cabeza de esos jugadores que se exponen en la cancha. En pos de interiorizarnos un poco más en esos procesos intangibles para el espectador nos nutrimos en una conversación con Javier Ignacio Villa, un especialista en la materia.

Javier Ignacio Villa es especialista en Psicología del deporte, ejerce la docencia en la Cátedra de Psicología del Deporte en la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires, trabaja en los Centros de Formación de la Unión de Rugby de Buenos Aires (URBA), es organizador de la Primera Jornada Nacional de Psicología Aplicada al Rugby y es miembro de la Asociación de Psicología del Deporte Argentina (APDA).

Con el foco puesto en lo que pasa por la cabeza de los jugadores al enfrentarse a partidos definitorios y sus eventuales desenlaces. Con toda la amabilidad y predisposición del mundo se abre al dialogo y nos enseña acerca de su materia de estudio:

– Dicen que las finales son “para hombres”, en alusión a que los jugadores con mayor personalidad rinden más, ¿Qué explicación le podrías encontrar a esta afirmación?

Una final de campeonato es una situación generadora de estrés. El estrés y las presiones son inherentes a la práctica deportiva, y cuanto más importante es el evento, más estrés genera por las consecuencias que ese evento tiene para las personas implicadas.

No se trata de que los jugadores con más personalidad rindan más, sino aquellos que tengan mejores estrategias de afrontamiento. Esto es algo que se puede aprender y entrenar. Se dice que aquellos jugadores que posean fortaleza mental serán los que puedan hacer frente al estrés competitivo y rendir de manera óptima aún bajo circunstancias adversas. Si los deportistas son incapaces de hacer frente a elevados niveles de estrés, puede darse una caída sustancial en su rendimiento, lo que generalmente se caracteriza como «bloquearse bajo presión». Diferentes estudios han puesto de manifiesto este fenómeno (Hill, Hanton, Matthews, & Fleming, 2010a; Jordet, 2009). Por lo tanto, lo importante es tener lo necesario para hacer frente a una situación como esa. Llegar a estas instancias con experiencias positivas previas es clave.

– ¿Cuánto le suma a un equipo llegar en racha positiva o negativa a las instancias finales?

Es importante en términos de autoconfianza. Las experiencias de control y dominio, los logros previos, llegar en buena forma física, alimentan la autoconfianza. Ésta es una variable psicológica clave a la hora de rendir bien en un partido. Por definición, la autoconfianza se refiere a la creencia de que uno posee lo necesario para realizar una conducta con éxito. Pero hay que tener cuidado con algo: nunca se debe subestimar al rival por creer que uno llega en racha positiva y el otro viene de no tener buenos rendimientos. Si esto sucede, uno se relaja, pierde el foco, y el rendimiento se ve afectado.

– ¿Qué técnicas podrían aplicar los jugadores para llegar en un estado emocional cercano al ideal un día de partido decisivo?

Todo jugador tiene un estado ideal de activación que coincide con sus mejores rendimientos. En ese estado el deportista está focalizado en lo que tiene que hacer y nada más. Para ayudar a lograr este estado, es importante tener objetivos claros, objetivos de tarea, que son los que se centran en mejorar el propio rendimiento, independientemente del rival; así como también establecer objetivos de proceso, que son los que se centran en las acciones que el jugador tiene que realizar para ejecutar una acción con éxito (por ejemplo al ejecutar un line out).

Usar palabras clave también ayuda. Tener una rutina previamente establecida que le permita al deportista mantenerse focalizado en la ejecución, no dando lugar a la aparición de pensamientos o imágenes negativas que puedan sacarlo de foco y perjudicar su rendimiento. Saber que es normal cometer errores, y que en una instancia tan importante como una semifinal, esto puede ocurrir; por lo que es bueno establecer un plan para definir qué hay que hacer si esto ocurre. Lo recomendable es pensar en lo que se quiere lograr en lugar de pensar en lo que se quiere evitar. Y por supuesto recordar todo lo que se viene haciendo bien, los logros previos, y hacerse fuerte en lo que uno domina y controla.

Y si el jugador experimenta niveles elevados de ansiedad, que percibe que pueden afectar su rendimiento, centrarse en la respiración puede ser una técnica que ayude a bajar esos niveles de ansiedad y a focalizarse en el presente.

– ¿Cuánto puede influir la experiencia previa en finales para bien o por mal desde el punto de vista psicológico?

Como mencioné anteriormente, la experiencia previa es una fuente de autoconfianza. Si las experiencias son positivas, esto puede capitalizarse para aumentar el nivel de confianza de un equipo. Haber jugado previamente una final o varias, y haber tenido buenos rendimientos en esas experiencias, le permiten al jugador desarrollar la creencia de que tiene estrategias de afrontamiento para pasar por esa situación con éxito. Permite regular los niveles de ansiedad y ponerlos a jugar a favor.

Básicamente, los jugadores van a experimentar estrés, pero tendrán más probabilidad de centrarse en lo que ellos controlan, por haber pasado ya por esa experiencia. Esta información, producto de la experiencia previa, debe ser capitalizada para llegar con un nivel de confianza óptimo y no caer en la trampa del exceso de confianza.

Hindú es un equipo que tiene mucha experiencia en jugar y definir finales. Y lo que es muy importante, ha podido remontar resultados adversos aún en situaciones de mucho estrés. Sin duda que esto, si es bien capitalizado, puede influir positivamente.

Y si no se tiene experiencia previa en jugar instancias decisivas, se debe poder trabajar sobre lo que el equipo tiene en cuanto a destrezas físicas y técnicas, para poder afrontar ese partido; destacar las cosas que se vienen haciendo bien; destacar el espíritu de lucha; recordar lo que se ha hecho para llegar a esa instancia; y fundamentalmente centrarse en controlar lo controlable.

– ¿Cómo podría un jugador abstraerse en los minutos finales de un partido cuando sabe que se acerca una victoria o una derrota que marcará un campeonato o una final perdida?

Ambas situaciones pueden hacer que un jugador pierda el foco de atención y que comience a centrarse en estímulos no relevantes. Es importante saber qué cosas pueden afectar la concentración, y tener un plan sobre de focalización y refocalización. Se trata de poder centrarse en la ejecución, en lo que se está haciendo. Si el jugador advierte que está pensando en el tiempo restante de juego, o en el resultado, o en cómo va a festejar cuando termine el partido, etc, todo eso puede afectar su rendimiento. El uso del auto diálogo es clave. Se trata de poder dirigir los propios pensamientos hacia lo que se quiere lograr, utilizar palabras que sirvan para detener los pensamientos negativos, y dirigir la acción. Es difícil que el jugador pueda abstraerse, pero al menos debe poder saber qué hacer para mantenerse focalizado en su juego.

Con respecto a ir perdiendo en un partido, hay un partido de Super Rugby que se jugó este año entre Highlanders y Cheetas en el que los Highlanders, que iban perdiendo por 17 puntos, faltando 5′ para que termine el partido, lograron marcar 21 puntos.

En una situación así, cualquiera podría pensar que es imposible remontar un resultado tan adverso. Sin embargo, el mismo Luke Whitelock, capitán de los Highlanders, al terminar el partido declaró que en esos 5′ finales comenzaron a pensar en que no tenían nada que perder. Fue así como se decidieron a salir adelante y «apretar el gatillo». Claro que los Highlanders tienen la suficiente destreza tanto física, como técnica y táctica para lograr algo así. Pero ha sido clave modificar el pensamiento. Y focalizarse en hacer lo que saben hacer.

– Tras una final ganada o perdida, ¿Cómo se vuelve a motivar a esos jugadores para arrancar un nuevo año?

Llegar a una final, independientemente de que se gane o se pierda, es un logro muy importante. Como mencioné anteriormente, estos logros sirven para edificar la autoconfianza. Y es motivo suficiente para que un jugador comience una nueva temporada con la energía puesta en trabajar para repetir ese logro.

En el momento, quedar afuera de una final, después de haber trabajado tanto y estando tan cerca de lograr el objetivo tan buscado, se hace difícil pensar en la próxima temporada. Por eso es importante el papel del entrenador para trabajar sobre las atribuciones de los jugadores y lograr dirigir el esfuerzo hacia los nuevos objetivos que se establecerán para la temporada por venir. Una vez más, se trata de desatacar todo lo que se ha hecho bien, y pasado un tiempo, realizar una evaluación lo más objetiva posible para detectar aspectos de mejora.

No hay que olvidar que ganar o perder es algo que no depende 100% de uno. En esto entran en juego variables que no están bajo control del jugador ni de los entrenadores. Y el rival también juega.

¿Cómo se motiva a los jugadores luego de ganar una final? La motivación es un proceso individual en el que intervienen diferentes variables. ¿Qué motiva a los All Blacks a seguir entrenando habiendo ganado las últimas 2 copas del mundo, y las 6 ediciones del Rugby Championship? El motivo de mejorar, y de querer seguir siendo los mejores. Porque aunque tengas talento, siempre se puede mejorar.

Llega la fiesta del rugby de Buenos Aires

El sábado por la tarde comenzarán una vez más las semifinales de la URBA en el Club Atlético San Isidro (CASI) y tendrá a Pucará (1) e Hindú (4) como grandes protagonistas. Un día después serán el San Isidro Club (2) y Alumni (3) quienes pujen por un boleto en la final del Top 12.

En un torneo que tuvo 22 fechas donde jugaron todos contra todos ida y vuelta, llegan a esta instancia quienes lograron mayor constancia. Con resultados muy cerrados, el campeonato brilló por su paridad y sus cuatro semifinalistas ganaron el privilegio de luchar por el torneo más importante de Buenos Aires, cada uno sacando ventajas mínimas a sus perseguidores.

Pucará se quedó con el primer puesto en la última fecha, luego de superar a Belgrano y así poder aprovechar la caída de Alumni ante Hindú. El conjunto de Burzaco cuenta con unos tres cuartos descomunales y un pack que logró acomodarse tras el cambio de reglas en la disputa del scrum.

Germán Klubus, Lucas González Amorosino, Tomás Buckley, Joaquín Paz, Juan Cappiello, Lucas Mensa, Felipe del Mestre, Diego Palma, Bautista Delguy y la vuelta de Manuel Montero dan muestra de la cantidad y calidad de jugadores con la que cuentan para desequilibrar por afuera.

Los dirigidos por Gustavo Jorge lograron 6 victorias en los últimos 7 partidos para así llegar a 67 puntos y quedarse con el primer puesto, posición que le dará ventaja deportiva en semifinales en caso de terminar igualados.

El San Isidro Club se quedó con el segundo puesto aunque está empatado en puntos con Alumni. A pesar de ganar un partido cada uno, los Zanjeros superaron por mayor diferencia el duelo de la fecha 7 (34-19) que en la derrota en Tortuguitas (27-22).
Con un equipo muy equilibrado en el cual se destacaron Francisco Piccinini, su capitán, Marcos Gatica, Marcos Borghi, Tomás Meyrelles, Benjamín Madero, estratega y gran influencia de esta temporada, Rodrigo Etchart y Santos Rubio, el SIC cuenta con un equipo muy completo que va en busca de un título que le es esquivo desde el 2011.

En la anteúltima fecha los dirigidos por Santiago González Bonorino dieron vuelta un partido histórico en la última jugada con un try y conversión de Benjamín Madero en un clásico de San Isidro que los podría haber dejado afuera de la lucha por el campeonato.

Alumni llegó a la recta final del torneo bien acomodado, se pudo dar el lujo de empatar en 33 en la anteúltima con Regatas y de caer ante Hindú en la última y de todas formas logró quedarse con uno de los cuatro boletos para las semifinales. A pesar de clasificarse no contará con ventaja deportiva en caso de empate, esta instancia es la única que cuenta con este desempate, y deberá al menos ganar por la mínima ante el SIC.

Con Gaspar Baldunciel, Bernardo Quaranta, Tobías Moyano, Mariano Romanini, Santiago Montagner, Lucas Frana, con una efectividad impresionante a los postes, Máximo Provenzano y los hermanos Sábato como puntos más destacados, los de Tortuguitas van por un trofeo que no logran desde el 2001, y en medio cayeron en 4 finales (2004, 2006, 2007 y 2011).

Hindú llega con el envión de haber ganado 8 partidos de los últimos 9, en los cuales sacó 5 bonus ofensivo y 1 defensivo, racha que le permitió quedarse con el cuarto puesto y disputar las semifinales ante Pucará.

Con Nicolás Leiva, Gonzalo Delguy, Severiano Escobio, Lautaro Bavaro y Sebastián Cancelliere como estandartes, pero con Joaquín Díaz Bonilla, Felipe y Bautista Ezcurra, Hernán Senillosa, Santiago Fernández y Horacio Agulla marcando diferencia cuando estuvieron, el elefante va en busca de recuperar el título que le sacó Belgrano el año pasado. Con 6 de los últimos 10 campeonatos en casa, los dirigidos por Fernández Miranda no ponen límites a su sed de victoria.

Sin poder contar con Sebastián Cancelliere y Bautista Ezcurra por estar afectados a la gira de los Pumas por Europa, los de Tocuato cuentan con un recambio más que numeroso para poder pelear con estas ausencias.

En la puerta quedaron CUBA y Belgrano.

Los de Villa de Mayo dejaron escapar la gran diferencia de puntos que habían generado en la primera ronda y tres derrotas en los últimos cuatro partidos lo terminaron dejando afuera de la definición. Difícil dejar de mencionar a Benito Ortiz de Rozas, Federico Miranda, Tomás Passaro y Juan Cruz González, cuyo rendimiento lo llevó a ser considerado para Los Pumas, entre los mejores jugadores que tuvo el torneo cuando fueron claves en un CUBA arrasador en los primeros encuentros.

Mientras que Belgrano perdió su mayor arma con el cambio de reglas en el scrum, aún así logró marcar tries por esa vía pero perdió su fuente más importante de penales a favor, y la poca constancia que pudo tener en su pack de fowards terminó complicando su puntaje. De esta forma el último campeón no podrá defender el título en la instancia final.

Una vez más llegan las finales de la URBA y se espera una fiesta como la que ya nos tiene acostumbrados. Llegó la fiesta del rugby de la Unión de Rugby de Buenos Aires y todos están invitados a presenciarla. En la cancha estarán los mejores cuatro equipos del año, en las tribunas el colorido de siempre y el 11 de noviembre tendremos un nuevo campeón. Los esperamos.

Objetivo Japón 2019: El Sur se reinventa para llegar en su pico máximo

La próxima semana se cumplirán 2 años de la final de la Copa del Mundo de Inglaterra 2015 ganada por Nueva Zelanda ante a Australia por 34 a 17 en Twickenham aquel 31 de octubre. Aquella victoria significó el tercer título mundial para los All Blacks y el segundo en forma consecutiva, el certamen iba finalizando y los cuatro del Hemisferio Sur se quedaban con los primeros puestos del torneo y en el ranking del 26 de aquel mes figuraban en los primeros cuatro escalones.

Dos años después la realidad es dispar para ellos con respecto a aquellos tiempos. Nueva Zelanda se mantiene en el primer puesto, Australia ocupa el tercer peldaño, Sudáfrica está en la quinta ubicación y Argentina cayó hasta la décima posición.
En medio de este proceso, Inglaterra, de retundo fracaso en su mundial tras quedarse afuera en primera ronda y que había caído hasta el 8vo puesto en aquel momento, hoy se encuentra segundo en el ranking mundial bajo las ordenes de Eddie Jones. Además, Sudáfrica llegó a ocupar la séptima posición, la peor en su historia, en marzo de este año.

Para que todo esto ocurra puede existir una explicación bastante clara, el recambio en los planteles. Mientras que Inglaterra mantiene en sus últimas nominas a 23 de los jugadores que participaron del Mundial, Argentina 21, Nueva Zelanda 18, Australia 17 y Sudáfrica tan solo 16.

Claro que cada uno tiene una situación completamente diferente.

Los Pumas no perdieron tanta cantidad de jugadores pero si sufrieron mucho en calidad. Del partido inaugural de aquel mundial ante Nueva Zelanda ya no cuenta con 7 (4 titulares y 3 suplentes) de los 23 nominados aquel día. Marcos Ayerza, Juan Fernández Lobbe, Marcelo Bosch y Juan Imhof fueron titulares aquel día, mientras que Ramiro Herrera (fuera de consideración en la actualidad), Mariano Galarza y Lucas González Amorosino estaban en el banco de suplentes. Además de todos esos, el seleccionado nacional ya no cuenta con Juan Figallo, fue llamado ante la necesidad para jugar el partido por el tercer puesto ante Sudáfrica, Juan Pablo Socino, Horacio Agulla y Facundo Isa, todos parte de aquel plantel mundialista.

Los All Blacks ya no tienen a 9 (6 titulares y 3 suplentes) de los 23 jugadores que fueron elegidos para disputar la final. Entre ellos se destacan Richie McCaw y Dan Carter, dos de los mejores jugadores de la rica historia de aquel país. Además ya no cuentan con Conrad Smith, Ma´a Nonu, Kevin Mealamu, Tony Woodcock, Charlie Faumuina y Victor Vito, considerado el mejor jugador de la pasada temporada del Top 14 francés. En el caso de Julian Savea la prensa local dice que ya no estará en los planes de Steve Hansen, aún en el cargo de Head Coach de los campeones del mundo.

Este último fin de semana en la caída ante Australia, Hansen contó con 13 jugadores (8 titulares y 5 suplentes) entre los 23 que ni siquiera fueron al Mundial 2015. Mientras que en la lista de 37 jugadores que dio para la ventana de noviembre hay tan solo 14 jugadores que disputaron el último mundial. El entrenador se toma muy en serio la necesidad de sumar variantes para llegar con los jugadores que estén en su pico máximo en la cita mundial.

El caso de los Wallabies parece muy similar al transitado entre los mundiales de 2011 y 2015. En octubre de 2013 el seleccionado australiano venía de caer 2 a 1en la serie ante los British & Irish Lions, renunciaba su entrenador Robbie Deans y asumía en su reemplazo Ewen McKenzie. Este último duraría apenas un poco más de un año y terminaría yéndose tras caer ante Los Pumas en el último partido del Rugby Championship 2014. Ahí asumiría Michael Cheika, el equipo levantaría el nivel, se quedaría con el RCh 2015, único que no ganaron los All Blacks, y serían subcampeones mundiales.

En esta oportunidad los australianos venían de dos temporadas flojas. En 2016 habían perdido en la ventana de junio los tres partidos de local ante Inglaterra, además perdieron los 3 partidos de la Bledisloe Cup y cerraron el año perdiendo ante Irlanda e Inglaterra en la ventana de noviembre. En 2017 la historia no venía muy distinta, en junio había llegado una llamativa derrota ante Escocia y el primer tiempo con goleada ante los All Blacks parecía significar un fin de ciclo, pero el equipo reaccionó, terminó perdiendo 54 a 34, a la semana siguiente perdió en la última jugada 35 a 29 ante el mismo rival, empató ambos con Sudáfrica, le ganó los dos a Argentina y cerró la Bledisloe con histórico triunfo ante los de negro 23 a 18 en Brisbane.

Pasaron 2 años y Australia tuvo que sobreponerse a mantener apenas 17 de los jugadores utilizados en el mundial 2015, suplir la despedida entre los puntos más destacados a Drew Mitchell, Matt Giteau, Adam Ashley-Cooper y el año sabático 2017 de David Pocock.

Además, esta semana Cheika anunció que Folau ya no jugará en lo que resta de la temporada para descansar el cuerpo y la cabeza. El descanso a sus estrellas es parte fundamental para el proyecto que encara rumbo al Mundial de Japón 2019.

Lo de Sudáfrica es aún más llamativo. En marzo de este año llegó a ubicarse en la séptima ubicación del ranking mundial. Inmerso en un profundo recambio, ya no cuenta con 12 de los 23 convocados al partido de semifinales del mundial, el equipo dio un giro en este último año, se quedó con autoridad los 3 partidos ante Francia en junio, ganó ambos ante Argentina, empató los dos con los Wallabies, sufrió una goleada en Nueva Zelanda pero se repuso y terminó cayendo por apenas un punto ante los de negro en Cape Town.

Entre los jugadores más destacados que tuvo que reemplazar Alistair Coetzee se encontraron los hermanos Bismark y Jannie Du Plessis, Fourie Du Preez, JP Pietersen, Bryan Habana, Ruan Pienaar, Jean de Villiers y Pat Lambie.

El peor momento que vivió este plantel fue cuando tras perder ante Inglaterra, Italia, en lo que podría ser una de las derrotas más dolorosas de su historia, y Gales en la ventana de noviembre se habló muchísimo de la posible destitución de su entrenadores. Este año el equipo volvió a las bases, mejoraron los resultados y se espera una ventana de noviembre para reconfirmar el buen momento.

Entre tanto, quien fue ganando espacio y llegó a discutirle el cetro del rugby mundial a los All Blacks fue Inglaterra. Tras el rotundo fracaso en la Copa del Mundo cuando derrotas ante Australia y Gales en el grupo lo dejaron afuera en Primera Ronda, el conjunto europeo contrató a Eddie Jones, quien venía de sobresalir en el mundial con Japón luego de vencer a Sudáfrica y Samoa quedándose con el tercer lugar en el grupo, y comenzaron los buenos resultados.

Mientras que las potencias iniciaron un proceso de recambio el seleccionado de la rosa mantuvo la base de aquel mal resultado, consolido el equipo y comenzó a brillar. Título de 6 Naciones 2016 con Grand Slam, 3 a 0 Australia en la ventana de junio con previo triunfo ante Gales, victorias ante Sudáfrica, Fiji, Argentina y Australia en noviembre, título 6 Naciones 2017 con tan solo una derrota ante Irlanda, la que cortó la racha de 18 triunfos consecutivos, y vuelta a la victoria en junio con el 2 a 0 ante Argentina, cuando Jones no contó con la mayoría de los titulares por el Tour de los British & Irish Lions.

Inglaterra no tiene en cuenta a tan solo 5 jugadores (3 titulares y 2 suplentes) de los 23 que fueron parte de la histórica derrota ante Gales por 28 a 25 en lo que terminó desencadenando finalmente en la eliminación del mundial.

Con la mirada fija en el 10 de noviembre de 2018 cuando enfrenten a Nueva Zelanda, en lo que será el choque más esperado de los últimos tiempos, pero sin perder de foco que el objetivo final está puesto en el Mundial de Japón 2019 los de Eddie Jones deberán sortear el reto de mantener el nivel y que su punto máximo no haya pasado.

Mientras Nueva Zelanda ya transita el recambio para llegar en su plenitud en el Mundial; Australia parece haber encontrado la fórmula con las vueltas de Genia y Beale, sumando a que aún resta que vuelva Pocock el año que viene y Israel Folau, recuperó su mejor versión, descansará lo que resta del año para encarar la recta final a la máxima cita con todo; Sudáfrica volvió a las bases, reencontró los resultados y además en el año mundialista podrá llamar a quienes se estén destacando en el exterior, cosas que lo transforman nuevamente en un serio candidato; y Argentina deberá tomar decisión fuertes como encontrar la forma para incluir a quienes se desempeñan en Europa para pensar en dar pelea, el rugby mundial vuelve a gozar de un panorama alentador en camino hacia el Mundial de Japón 2019 con las potencias del Hemisferio Sur llegando en sus picos máximos.