Un certamen teñido de negro

El Super Rugby comenzó en el año 1996 cuando conformado por 5 equipos de Nueva Zelanda (Crusaders, Highlanders, Chiefs, Blues y Hurricanes), 4 de Sudáfrica (Stormers, Bulls, Lions y Sharks) y 3 de Australia (Waratahs, Brumbies y Reds) se conforma la primera edición del Super 12. Por aquel entonces los combinados de las tierras donde ese forjaron los All Blacks y los Wallabies representaban a distintas regiones de su territorio, mientras que los africanos enviaban equipos clasificados a través de la Currie Cup.

Aquel formato con 12 equipos se mantuvo hasta el final de 2005. Con un nuevo contrato televisivo entrando en vigor se tomó la decisión de incorporar dos nuevas franquicias. Australia sumaría a Western Force, de Perth, único de la región oeste del país, y Sudáfrica sumaría a Cheetahs. Así se conformaba el Super 14.

Hasta fines de 2010 el torneo se desarrollaría con un sistema de todos contra todos, con los cuatro mejores de la tabla jugando semifinales. En 2011 un nuevo cambio se impondría en el certamen. La SANZAR tomaría la decisión de ingresar a Melbourne Rebels, las tres uniones quedarían representadas por 5 franquicias, se arrancaría a jugar con un sistema de conferencias y quedaría conformado el Super 15, que por una de esas paradojas de la vida se jugó hasta el año 2015. En dicho formato, el jugar por conferencias les aseguraba a cada unión al menos tener 1 semifinalista, además se sumaba una instancia de playoff previa a esa instancia.

En 2016 llegaría una nueva ampliación. A las 15 franquicias ya fijas se sumarían Sunwolves, de Japón, Southern Kings, de Sudáfrica, de esta formaba quedaba como la más representada con 6, y JAGUARES, de Argentina. En 2016 y 2017 el torneo tendría un formato muy complejo, asunto que para 2018 se intentaría corregir sacando dos franquicias de Sudáfrica y una de Australia. Quedando nuevamente 15 conjuntos, que se dividirían en conferencias (Jaguares con las africanas y Sunwolves con las australianas) y la clasificación serían por completo a través de la tabla general.

Dicho todos los cambios que sufrió el torneo a lo largo de su historia solo resta hablar de los resultados. En 22 ediciones, en 15 oportunidades el campeón fue neozelandés, en 4 provino de Australia y en tan solo 3 años se coronó un equipo sudafricano. De aquellos 15 gritos de campeón, en 5 ocasiones la final tuvo como protagonistas a dos franquicias de Nueva Zelanda.

Únicamente en 3 oportunidades la final no tuvo franquicias de la tierra de los All Blacks como protagonista. Mientras que en 13 las australianas se vieron ajenas a la definición y en 14 lo sufrieron desde afuera los sudafricanos.
A lo largo de las 22 ediciones, de los 88 lugares que hubo disponibles para semifinales, las franquicias neozelandesas ocuparon 44, exactamente el 50% de los lugares. Siendo el 2011 el único año sin representación entre los primeros 4 y con el 2010 y 2014 como únicas temporadas con tan solo 1 equipo.

Para un análisis un poco más individual por franquicias, de los 9 campeones diferentes con los que cuenta el torneo 5 son de Nueva Zelanda, siendo el único país con todos sus representativos campeones al menos una vez. Australia cuenta con tres (Brumbies 2, Waratahs 1 y Reds 1) y Sudáfrica con tan solo uno (Bulls fue campeón tres veces).

Los únicos conjuntos que están desde el comienzo de la competencia sin ausentarse y aún no fueron campeón son Sharks y Stormers (recordemos que los sudafricanos en su comienzo estaban representados con otros nombres). Los de Durban clasificaron a semifinales en 8 oportunidades, en 4 fueron derrotados en dicha instancia y en las restantes fueron subcampeones. Mientras que los de Ciudad del Cabo perdieron una final y 4 semifinales.

Crusaders con 17 presencias es la franquicia con mayor cantidad de presentes entre los cuatro mejores, quedando afuera de las definiciones en tan solo 5 oportunidades, de las cuales en 1 fue parte de los playoff.

Para sumar a esta tendencia, las nuevas reglas de competencia del torneo estipulan que este año clasificarán a cuartos de final los primeros de cada conferencia y los cinco mejores de la tabla general, excluyendo a los antes mencionados. Con esta reglamentación podría darse por primera vez la clasificación de una conferencia entera a la etapa definitoria.

Arrancando una nueva temporada el Super Rugby enciende la ilusión de todas sus franquicias. El certamen podrá tener un nuevo cambio de formato, pero lo que es seguro, es que tendrá presencia masiva de neozelandeses en la definición.

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