EL PARTIDO PSICOLÓGICO

Son muchos los partidos de rugby que vemos en la cancha, por la computador o la televisión. Miramos lo que pasa en el campo de juego, las acciones del partido, las resoluciones; festejamos, opinamos, criticamos; pero poco sabemos de lo que va pasando por la cabeza de esos jugadores que se exponen en la cancha. En pos de interiorizarnos un poco más en esos procesos intangibles para el espectador nos nutrimos en una conversación con Javier Ignacio Villa, un especialista en la materia.

Javier Ignacio Villa es especialista en Psicología del deporte, ejerce la docencia en la Cátedra de Psicología del Deporte en la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires, trabaja en los Centros de Formación de la Unión de Rugby de Buenos Aires (URBA), es organizador de la Primera Jornada Nacional de Psicología Aplicada al Rugby y es miembro de la Asociación de Psicología del Deporte Argentina (APDA).

Con el foco puesto en lo que pasa por la cabeza de los jugadores al enfrentarse a partidos definitorios y sus eventuales desenlaces. Con toda la amabilidad y predisposición del mundo se abre al dialogo y nos enseña acerca de su materia de estudio:

– Dicen que las finales son “para hombres”, en alusión a que los jugadores con mayor personalidad rinden más, ¿Qué explicación le podrías encontrar a esta afirmación?

Una final de campeonato es una situación generadora de estrés. El estrés y las presiones son inherentes a la práctica deportiva, y cuanto más importante es el evento, más estrés genera por las consecuencias que ese evento tiene para las personas implicadas.

No se trata de que los jugadores con más personalidad rindan más, sino aquellos que tengan mejores estrategias de afrontamiento. Esto es algo que se puede aprender y entrenar. Se dice que aquellos jugadores que posean fortaleza mental serán los que puedan hacer frente al estrés competitivo y rendir de manera óptima aún bajo circunstancias adversas. Si los deportistas son incapaces de hacer frente a elevados niveles de estrés, puede darse una caída sustancial en su rendimiento, lo que generalmente se caracteriza como «bloquearse bajo presión». Diferentes estudios han puesto de manifiesto este fenómeno (Hill, Hanton, Matthews, & Fleming, 2010a; Jordet, 2009). Por lo tanto, lo importante es tener lo necesario para hacer frente a una situación como esa. Llegar a estas instancias con experiencias positivas previas es clave.

– ¿Cuánto le suma a un equipo llegar en racha positiva o negativa a las instancias finales?

Es importante en términos de autoconfianza. Las experiencias de control y dominio, los logros previos, llegar en buena forma física, alimentan la autoconfianza. Ésta es una variable psicológica clave a la hora de rendir bien en un partido. Por definición, la autoconfianza se refiere a la creencia de que uno posee lo necesario para realizar una conducta con éxito. Pero hay que tener cuidado con algo: nunca se debe subestimar al rival por creer que uno llega en racha positiva y el otro viene de no tener buenos rendimientos. Si esto sucede, uno se relaja, pierde el foco, y el rendimiento se ve afectado.

– ¿Qué técnicas podrían aplicar los jugadores para llegar en un estado emocional cercano al ideal un día de partido decisivo?

Todo jugador tiene un estado ideal de activación que coincide con sus mejores rendimientos. En ese estado el deportista está focalizado en lo que tiene que hacer y nada más. Para ayudar a lograr este estado, es importante tener objetivos claros, objetivos de tarea, que son los que se centran en mejorar el propio rendimiento, independientemente del rival; así como también establecer objetivos de proceso, que son los que se centran en las acciones que el jugador tiene que realizar para ejecutar una acción con éxito (por ejemplo al ejecutar un line out).

Usar palabras clave también ayuda. Tener una rutina previamente establecida que le permita al deportista mantenerse focalizado en la ejecución, no dando lugar a la aparición de pensamientos o imágenes negativas que puedan sacarlo de foco y perjudicar su rendimiento. Saber que es normal cometer errores, y que en una instancia tan importante como una semifinal, esto puede ocurrir; por lo que es bueno establecer un plan para definir qué hay que hacer si esto ocurre. Lo recomendable es pensar en lo que se quiere lograr en lugar de pensar en lo que se quiere evitar. Y por supuesto recordar todo lo que se viene haciendo bien, los logros previos, y hacerse fuerte en lo que uno domina y controla.

Y si el jugador experimenta niveles elevados de ansiedad, que percibe que pueden afectar su rendimiento, centrarse en la respiración puede ser una técnica que ayude a bajar esos niveles de ansiedad y a focalizarse en el presente.

– ¿Cuánto puede influir la experiencia previa en finales para bien o por mal desde el punto de vista psicológico?

Como mencioné anteriormente, la experiencia previa es una fuente de autoconfianza. Si las experiencias son positivas, esto puede capitalizarse para aumentar el nivel de confianza de un equipo. Haber jugado previamente una final o varias, y haber tenido buenos rendimientos en esas experiencias, le permiten al jugador desarrollar la creencia de que tiene estrategias de afrontamiento para pasar por esa situación con éxito. Permite regular los niveles de ansiedad y ponerlos a jugar a favor.

Básicamente, los jugadores van a experimentar estrés, pero tendrán más probabilidad de centrarse en lo que ellos controlan, por haber pasado ya por esa experiencia. Esta información, producto de la experiencia previa, debe ser capitalizada para llegar con un nivel de confianza óptimo y no caer en la trampa del exceso de confianza.

Hindú es un equipo que tiene mucha experiencia en jugar y definir finales. Y lo que es muy importante, ha podido remontar resultados adversos aún en situaciones de mucho estrés. Sin duda que esto, si es bien capitalizado, puede influir positivamente.

Y si no se tiene experiencia previa en jugar instancias decisivas, se debe poder trabajar sobre lo que el equipo tiene en cuanto a destrezas físicas y técnicas, para poder afrontar ese partido; destacar las cosas que se vienen haciendo bien; destacar el espíritu de lucha; recordar lo que se ha hecho para llegar a esa instancia; y fundamentalmente centrarse en controlar lo controlable.

– ¿Cómo podría un jugador abstraerse en los minutos finales de un partido cuando sabe que se acerca una victoria o una derrota que marcará un campeonato o una final perdida?

Ambas situaciones pueden hacer que un jugador pierda el foco de atención y que comience a centrarse en estímulos no relevantes. Es importante saber qué cosas pueden afectar la concentración, y tener un plan sobre de focalización y refocalización. Se trata de poder centrarse en la ejecución, en lo que se está haciendo. Si el jugador advierte que está pensando en el tiempo restante de juego, o en el resultado, o en cómo va a festejar cuando termine el partido, etc, todo eso puede afectar su rendimiento. El uso del auto diálogo es clave. Se trata de poder dirigir los propios pensamientos hacia lo que se quiere lograr, utilizar palabras que sirvan para detener los pensamientos negativos, y dirigir la acción. Es difícil que el jugador pueda abstraerse, pero al menos debe poder saber qué hacer para mantenerse focalizado en su juego.

Con respecto a ir perdiendo en un partido, hay un partido de Super Rugby que se jugó este año entre Highlanders y Cheetas en el que los Highlanders, que iban perdiendo por 17 puntos, faltando 5′ para que termine el partido, lograron marcar 21 puntos.

En una situación así, cualquiera podría pensar que es imposible remontar un resultado tan adverso. Sin embargo, el mismo Luke Whitelock, capitán de los Highlanders, al terminar el partido declaró que en esos 5′ finales comenzaron a pensar en que no tenían nada que perder. Fue así como se decidieron a salir adelante y «apretar el gatillo». Claro que los Highlanders tienen la suficiente destreza tanto física, como técnica y táctica para lograr algo así. Pero ha sido clave modificar el pensamiento. Y focalizarse en hacer lo que saben hacer.

– Tras una final ganada o perdida, ¿Cómo se vuelve a motivar a esos jugadores para arrancar un nuevo año?

Llegar a una final, independientemente de que se gane o se pierda, es un logro muy importante. Como mencioné anteriormente, estos logros sirven para edificar la autoconfianza. Y es motivo suficiente para que un jugador comience una nueva temporada con la energía puesta en trabajar para repetir ese logro.

En el momento, quedar afuera de una final, después de haber trabajado tanto y estando tan cerca de lograr el objetivo tan buscado, se hace difícil pensar en la próxima temporada. Por eso es importante el papel del entrenador para trabajar sobre las atribuciones de los jugadores y lograr dirigir el esfuerzo hacia los nuevos objetivos que se establecerán para la temporada por venir. Una vez más, se trata de desatacar todo lo que se ha hecho bien, y pasado un tiempo, realizar una evaluación lo más objetiva posible para detectar aspectos de mejora.

No hay que olvidar que ganar o perder es algo que no depende 100% de uno. En esto entran en juego variables que no están bajo control del jugador ni de los entrenadores. Y el rival también juega.

¿Cómo se motiva a los jugadores luego de ganar una final? La motivación es un proceso individual en el que intervienen diferentes variables. ¿Qué motiva a los All Blacks a seguir entrenando habiendo ganado las últimas 2 copas del mundo, y las 6 ediciones del Rugby Championship? El motivo de mejorar, y de querer seguir siendo los mejores. Porque aunque tengas talento, siempre se puede mejorar.

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