La revolución francesa

El Top 14 francés va llegando al final de la temporada 2016/17 y una era va terminando. Con el creciente poder económico de la liga y sus clubes, en 2010 se tomó la decisión de ir controlando de forma creciente el número de jugadores locales en las plantillas como también dentro de la cancha. Con multas económicas hasta la actual temporada, en la 2017/18 comenzarán las sanciones deportivas, quita de puntos, y ahí comenzará la verdadera revolución.

Mientras el Top 14 crecía en exposición mundial por las grandes contrataciones de figuras extranjeras, el seleccionado franceses ingresó en una crisis que llamó la atención y se tomaron cartas en el asunto. La falta de oportunidades para los jugadores franceses en su torneo local generaba poco desarrollo de talento joven y un límite debía ser impuesto para que el futuro no sea más oscuro.

Divididos en los extranjeros y los Jiff-qualified, jugadores que califican para ser convocados al seleccionado francés, la nueva regla indicaba que para la temporada 2010/11 las plantillas del Top 14 debían tener al menos 40% de jugadores Jiff-qualified (14 de 35). Para la temporada 2013/14 este porcentaje ascendió a 55% y la Ligue Nationale de Rugby (LNR), órgano rector del certamen, ya tenía el poder de multar a quienes alineen a menos de 12 Jiffs los días de partido.

Pero cómo en casi todo el mundo, hecha la regla hecha la trampa. Para ser considerado un jugador Jiff debías ser francés o siendo extranjero poder cumplir con 3 temporadas en la academia de un club local a la edad de 21 o jugar 5 temporadas antes de los 23. A sabiendas que con el tiempo los Jiffs cotizarían en bolsa, los clubes franceses salieron de cacería por el mundo para atraer jóvenes talentos que puedan calificar para el seleccionado.

Con los años, pese a las multas impuestas, los clubes, cada vez más poderosos económicamente, siguieron convocando la cantidad de extranjeros que tuvieron ganas.

Pero en septiembre de 2016 llegaría el primer golpe letal. Tras la estrepitosa caída del seleccionado francés por 62 a 13 ante Nueva Zelanda en los cuartos de final del mundial de Inglaterra 2015 se debía tomar una decisión drástica y se tomó.

Para la temporada 2017/18 quienes no promedien al finalizar la fase regular con 14 jugadores Jiff entre los 23 convocados los días de partido tendrán quita de puntos. Quienes el número les dé entre treces y once se les descontarán 2 puntos, mientras que a los que tengan diez o menos serán 10 los puntos restados. Esto no solo se aplicará en el Top 14, sino que también en el Pro D2, la segunda división del rugby francés.

De esta forma, para poner un ejemplo claro, un equipo como el Montpellier, quien terminó su temporada perdiendo los playoff ante Racing 92 alineando a solo 7 jiffs entre los 23 y tuvo un promedio cercano a 9 en la temporada, perdería 10 puntos.

Además, para que se promueva realmente a contar con jugadores franceses, la LNR reguló que de los 35 jugadores que tienen que presentar como plantel para la temporada 2017/18, los clubes pueden presentar como máximo 16 jugadores que no califiquen como Jiff. Los Joker Medical, jugadores que se llaman ante lesiones importantes, también se incluirán dentro de esa regla.

Lejos de lo que se podría imaginar, la medida fue aceptada sin problemas por los presidentes de la mayoría de los clubes. Lorenzetti, de Racing 92, se mostró muy conforme con la medida pero vaticinó que algunos clubes preferirán perder puntos a amoldarse; de Cromiéres, de Clermont, aseguró que ellos ya están amoldados a la regla pero la misma ayudará que otros clubes se tengan que adaptar en beneficio del rugby francés; y el presidente del Stade Francais solo objetó que la LNR haya cedido a la presión y queden fuera de la regla los 30 jugadores contratados para reemplazar a los internacionales de Francia.

Lo que llamó la atención de todos y marca una pauta de quienes podrían no acatar la regla y preferir perder puntos al final del certamen fue la ausencia de Mohed Altrad, presidente de Montpellier, y Mourad Boudjellal a la reunión de los presidentes con la LNR para debatir está regla.

Pero la revolución no quedó ahí. En Diciembre de 2016 Bernard Laporte, presidente de la Federación Francesa de Rugby, anunció que Francia no utilizaría más jugadores extranjeros en su seleccionado amparados por la regla de residencia.

Está regla establece que un jugador con 3 años consecutivos viviendo en un país puede ser seleccionado a su equipo nacional siempre y cuando no haya vestido la camiseta de otra nación antes. La misma pasará a 5 años desde el 2020 para los países que se mantengan haciendo uso de ella.

Francia no hará retroactiva esta regla y quienes ya se hayan beneficiado por la misma y ya sean parte del seleccionado se podrán mantener, pero no sumarán nuevos jugadores. Esto genera menos “franceses” para ser utilizados por los clubes dentro de las reglas que sacudirán al rugby francés desde la próxima temporada.

En un tema que no pasa por alto en ninguna nación del mundo del rugby, Francia dio un paso adelante en beneficio de su seleccionado pero que sin dudas repercutirá en favor de todos. Menos extranjeros en el Top 14 implican más jugadores en sus propios países desarrollándose y pudiendo ser parte de su propio seleccionado. Sin dudas otra revolución francesa que podría generar un impacto mundial.

 

Ramiro Pemán

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